Le pasamos una fragmento de El largo adiós de Raymond Chandler a Josep Prat y esta es la ilustración que nos devolvió. Nueva sección: Páginas arrancadas.
REYKO
Spinning over you
por Josep Prat.
Estos son algunos de los bocetos y pruebas de color que realicé al principio. Algunas acabaron apareciendo tal cual, funcionando a modo de story.
Cuando Emi me llamó para plantearme dirigir el videoclip de Reyko, creo que los dos estábamos pensando en un vídeo con un fuerte componente de motion graphics e ilustraciones. Al final, de ilustración y animación no acabó habiendo nada de nada. Y creo que es precisamente el proceso que ha habido entre estos dos puntos lo que ha hecho que este proyecto sea especial para mí.
En un principio, había valorado la posibilidad de mezclar imagen real con animación más o menos a partes iguales. Pero la idea de jugarlo todo a una sola carta me parecía cada vez más interesante a medida que iba dándole vueltas a la propuesta: se me ocurrió pasar del plano 2D al real y generar “ilustraciones construidas” que convivieran con Soleil e Igor, los miembros de Reyko, integrándolos en una misma composición.
Otras referencias que utilicé para algunas poses y composiciones de plano fueron esta fotografía de Josep Massana y este momento del videoclip de Grace Jones, dirigido por Jean Paul Goude.
En cuanto a la idea y el concepto, todo el vídeo gira en torno a una premisa: colocar a Soleil en un mundo totalmente surrealista y laberíntico por donde su personaje deambula por esa especie de “hipnosis del amor” que se desprende de la canción. Se trata, pues, de jugar con esa idea de perfección geométrica, pero que a la vez desemboca en un juego ilusorio, hipnótico y laberíntico. También me gustaba como encajaba todo este universo con el tono casi susurrado y ensimismado con el que Soleil interpreta la canción.
Uno de los primeros pasos fue empezar a abocetar, a componer y a buscar colores. No dejaba de ser el proceso habitual que sigo siempre para realizar mis ilustraciones. También quería dar a la pieza pinceladas inspiradas en artistas que me gustan, como Oskar Schlemmer, Magritte, Jean-Paul Goude o varios artistas de los 80. A partir de esta base, Alexandra Jordana, directora de arte, empezó a trabajar y profundizar en esas ideas para poder llevarlas a la realidad.
Como curiosidad, esta imagen de Syd Brak fue la que me inspiró a incorporar el elemento de repetición y cánon en las bailarinas.
Una de las partes a las que quería dar más protagonismo eran los sets donde había coreografía. Como sólo teníamos un día de rodaje, tuve que seleccionar dos sets principales entre varias ideas que tenía. Acabé quedándome con el set de las líneas discontinuas para la primera parte (que era como la entrada a ese mundo ilusorio); y con el set lleno de figuras geométricas para la segunda (donde ésas líneas ya habían tomado cuerpo y forma). A parte de estos dos grandes sets, paralelamente optamos por montar otros más pequeños, como el de los labios o el del pentagrama gigante.
A nivel de fotografía, a cargo de Elías M. Félix, quisimos dar un look “de plástico” a toda la pieza, realzando los brillos y aprovechando toda la gama de colores y texturas que teníamos. Cris Quer, diseñadora de vestuario y estilista, nos lo puso súper fácil para poder hacerlo, realizando distintos looks llenos de vinilo, colores y patterns, que encajaban al dedillo con la estética y los sets que habíamos preparado. También me hizo mucha ilusión tener a Tuixén Benet como coreógrafa, que integró a la perfección ese concepto de geometría y puntos robóticos/mecánicos en la coreografía.
Las dos primeras imágenes son algunos de los primeros bocetos-pruebas a partir de las cuales empezamos a trabajar con Alexandra Jordana. Posteriormente, ella realizó algunos bocetos que sirvieron para empezar a visualizar mejor el diseño en función de nuestras posibilidades. La verdad es que me encantaron y no podían faltar en este insight
Pese a que ya había dirigido algunas piezas de vídeo anteriormente, el rodaje de este proyecto fue bastante distinto. En esta ocasión, teníamos un plan de rodaje apretadísimo; dedicar más tiempo del establecido a un plano significaba eliminar otro. Y claro, lo tenía todo estudiado y dibujado casi segundo a segundo, por lo que, para mí, todos los planos eran necesarios.
De hecho, para poder rodar todo lo que quería, tuvimos que utilizar dos cámaras, de modo que muchas veces estábamos rodando en paralelo en dos sets distintos y yo tenía dos monitores juntos, uno para cada cámara.
Por todo esto puedo decir que, hasta la fecha, este ha sido uno de los proyectos de los que más he aprendido y del que me llevo un recuerdo fantástico gracias al genial trabajo y dedicación de todo el equipo.