Una enérgica serie de piezas animadas realizadas con motivo de la Eurocopa.
Sobre como las bambalinas
Jägermeister
Hunt or Be Hunted
La odisea de dar vida
a un ciervo
No siempre la opción fácil es la más hermosa. De hecho, suele ser al contrario. Por eso, a veces vale la pena complicarse la vida en un proyecto faraónico en el que hay que coordinar a distintos departamentos, poner de acuerdo diferentes creadores y contar con la complicidad de muchas personas ajenas a la profesión.
La campaña Hunt or Be Hunted para Jägermeister es una de esas odiseas profesionales. Un proyecto cuya dificultad estaba a la altura de sus ambiciones: hacer animación con tatuajes. Tinta y piel real. En movimiento.
La idea es brillante. El resultado también. Entonces, ¿cómo es que nadie lo había hecho antes (o al menos, nosotros no teníamos conciencia de ello)? Pues porque el camino que lleva de la ocurrencia inicial al acabado final no es nada fácil. Pero sí es muy hermoso.
En la creación de Hunt or Be Hunted ha habido muchísima gente implicada. Hasta el cuello. La responsabilidad de que el tattoo del ciervo de Jäger cobrase vida, pues, se repartió entre varias personas.
Cuando el proyecto aterrizó en las oficinas de O, nuestra productora Fiona Vidal-Quadras pensó que “era imposible. Encontrar doscientas personas para tatuarse de por vida un dibujo que ellos no iban a decidir era inverosímil. Hacía falta una confianza ciega en la marca y el diseño”. La reacción de Nadala Fernández fue similar cuando se sumó al proyecto como productora: “¡Ai que patirem!” Pero como se trataba de un reto y de algo nunca hecho antes, sufriríamos con gusto”. Pau Castejón, director de fotografía, Lluís Murúa, editor y Yukio Montilla, coordinador de post-producción, coinciden en recordar que la primera vez que se les explicó el proyecto lo primero que se les pasó por la cabeza a todos es que “era una locura”. Aunque también, “que era muy innovador”.
Jägermeister – Hunt or be Hunted
Client: Jägermeister
Agency: McCann Worldgroup
Production Company: O
Director: Ernest Desumbila
Executive Producer: Rafa Montilla
Producer: Nadala Fernández
Production Manager: Fiona Vidal-Quadras
DOP: Pau Castejón
Animation by Sauvage
Grading by Xavi Santolaia
Postproduction Coordinator: Yukio Montilla
Tattoos by Ondo
Music by The Saurs
Soundtrack by Trafalgar13
Sound Design by Ideasonora
Art Direction: Oian Arteta
Stylist: Carolina Galiana
Hair & Make-up: Natalia Albert
Cuando todo el engranaje se puso en marcha, empezó el reto de hacer posible lo imposible. Aunque algunas quimeras, de repente, resultó que no lo eran tanto. Para Nadala (de hecho, para todo el equipo), fue una sorpresa que tantísima gente respondiera a la llamada del tatuaje a ciegas para una marca: “Pensaba que no tendríamos quórum. Aún hoy me sorprende que tuviéramos que hacer una selección y cribar entre 1500 personas que se apuntaron”. Aunque una vez seleccionado el casting, el desafío logístico, según Fiona, no había terminado: “Había que mover a más de un centenar de personas en tres ciudades distintas y… solo para un frame. Si una sola de esas personas que se iban a tatuar no aparecía el día que tocaba que la grabásemos, no aparecía su frame y se descuadraba la animación. Había que confiar, pues, en que ningún voluntario no se echara para atrás a última hora”.
No hay que perder de vista que todo este experimento animado tenía que estar, además, integrado dentro de una película con múltiples complejidades técnicas además de las de producción. Pau Castejón señala que al margen de “crear una atmósfera atractiva para la historia y darle intención con la cámara, el gran reto estaba en que funcionara el lenguaje de la animación tradicional con tatuajes reales sobre pieles humanas. Cada dibujo se adaptaba de una manera diferente a cada persona porque todas las pieles son diferentes; incluso hubo que estirar algunas para que cuadrasen con los frames anteriores y posteriores”. “Era muy complicado – añade Yukio –, porque aunque los de Sauvage son unos jefes animando, el soporte no era el habitual con el que se trabaja en animación. Pero salió muy bien”. Y aquí es cuando hay que celebrar también el gran entendimiento que hubo entre los animadores de Sauvage y los tatuadores de Ondo, que supieron encontrar una manera de trabajar conjunta y un idioma compartido entre dos lenguajes totalmente distintos.
Ya metidos en post-po, cuando el deadline de entrega aprieta de verdad, también había que seguir buscando nuevas soluciones a nuevos problemas. Para Lluís, como montador, había más desafíos al margen del tatuaje animado: “crear la atmósfera enigmática de la parte de la cúpula y del flashback han sido para mí los retos más interesantes”.
El cabo del camino, en principio, es el que podéis ver en el embed que encabeza este texto: Hunt or Be Hunted en la versión director’s cut. Una anuncio que se estrenó en pantalla grande, aunque en una versión diferente, la semana pasada en la sala Phenomena de Barcelona. Para Lluis y Pau, este estreno en cine ya tiene aroma de premio. “Teniendo en cuenta que es extraño ver publicidad en gran formato, poder disfrutar del resultado final proyectado en el Phenoma es muy gratificante”, dice Pau.
Para otros miembros implicados en el proyecto, por eso, la recompensa final de esta aventura es más intangible. Para Nadala, por ejemplo, ha sido “trabajar con un equipo que lo ha dado todo y ha ido solucionando todos los problemas que salían al paso”. Para Fiona, el simple hecho de hacer real un proyectado tan, a priori, descabellado ya es una gran satisfacción: “Que esta cosa imposible se haya acabado haciendo, y se haya acabado haciendo súper-bien, con todos los esfuerzos, variables y trabajo meticuloso que implicaba, es la recompensa. Si fallaba una solas de las columnas que sustentaban el proyecto, se caía todo”. Yukio opina de forma similar: “La mayor satisfacción es que se haya hecho y que estemos orgullosos del resultado final”.
Aunque, para estar orgullosos del todo, hace falta dejar testimonio de todo este proceso. La pequeña pieza documental realizada por María Sosa que adjuntamos aquí al lado es la que realmente pone en valor el trabajo de todo las personas que han participado en esta película dirigida por Ernest Desumbila. Como dice María, “en la pieza final nadie dice que sean tatuajes. Mi responsabilidad era dejar claro que detrás de cada frame de la animación había una persona real. Es una manera de dar valor, por un lado, al trabajo de Ernest y, por otro, de agradecer y respetar a la gente que se tatuaba algo que no iban a saber lo que era, que es muy fuerte. No queríamos tratarlos solo como un trozo de carne.”