El GIF es el fin del planteamiento-nudo-desenlace. Por eso a Joan Pons ya no le interesa saber cómo acaban las cosas: solo imantarse con el principio.
I read the GIFs today,
oh boy
Por Roger Estrada
Rita Barberá: “Acepto el ofrecimiento del juez y colaboraré con la justicia” (El Mundo, 15 de marzo); (La Información.com, 14 de marzo); Pedro Sánchez: “No entiendo de dónde saca Iglesias tanto odio y rencor contra el PSOE” (El País, 6 de marzo).
… Son solo tres titulares elegidos al azar de entre las decenas, ¿los cientos? que le impactan cada día a un ciudadano medianamente preocupado por la actualidad política; tres noticias de cortísimo alcance que, sin embargo, son rápidamente aprehendidas por columnistas punzantes, tertulianos sabelotodo, twitteros despiadados y cuñados vocacionales para extraer de ellas toda reflexión, exabrupto, mofa, análisis o zasca imaginable antes de que Don Trending Topic certifique su fecha de caducidad digital, a buen seguro, antes de que se ponga el sol. Y cada día la misma cantinela. Un nuevo torrente de titulares grandilocuentes, declaraciones sacadas de contexto, urgentes desmentidos, tergiversaciones interesadas, agudas reflexiones, debates acalorados, insultos gratuitos, verdades como puños y apuntes sosegados que el ciudadano cada vez más cabreado con la actualidad política ingiere a toda prisa y digiere a duras penas.
Estimado lector, ¿sufres como yo de ardor informativo? Tranquilo, toma una cápsula de humor político en formato GIF cada ocho horas y la jornada se te hará (algo) más llevadera. ¿Que Rita no dimite? Respira hondo, más pronto que tarde le llegará su hora. ¿Do you #FeelTheBern? ¡Ríete a placer con el susto-contraataque de Bernie a Donald! ¿No puedes con el buenismo de Pedrito? Paseo en Poni tiene tres regalitos para ti:
¿Te gusta Pdr Snchz?
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es el alias social (y el nombre de la marca de complementos de madera) de Belén Soriano, una madrileña cuyas actualizaciones diarias en Facebook me alegran la jornada desde que entablamos amistad virtual en 2011. Sus desopilantes mashups de actualidad política y escenas de cine clásico funcionan como corrosivos escupitajos a la cara de buena parte de los salvapatrias encantados de conocerse (y de twittearse) que pululan por el hemiciclo. Ella fue la involuntaria catalizadora de este artículo, era pues de recibo darle voz aquí.
¿Eres metódica y repasas la prensa para decidir cuál será tu objetivo o es más un impulso lo que te empuja a la caza del GIF certero?
Mis actualizaciones son poco metódicas; como casi todos, mientras me desperezo hago un scroll por mis redes sociales y ya veo con lo que vamos a desayunar ese día. Como lo cuelgo a partir de mediodía, el tema de actualidad suele estar ya bastante claro, la mayoría de la gente ya lo conoce y puede funcionar mejor. Busco el GIF o la foto en ese momento.
¿Por qué cine clásico? ¿Qué crees que hay en esas películas que funciona bien como punchline a tus frases a veces irónicas pero otras meramente descriptivas de la actualidad política?
Creo que funcionan mejor porque son imágenes que no todo el mundo identifica a la primera con una película concreta y sorprenden más porque no están tan vistas y porque suelen mostrar personajes un poco sobreactuados con gestos bastante cómicos.
Si no recuerdo mal, al principio trabajabas con fotogramas; ¿en qué momento optaste por incorporar GIFs y en qué crees que mejoran o hacen más demoledoras tus actualizaciones?
En Facebook utilizo GIFs desde que se puede y creo que las mejoran porque te ofrecen una secuencia cómica completa con más matices.
¿Cuál de tus creaciones es la que ha obtenido una mejor respuesta?
“Soraya llegando al debate.”
¿Tienes localizados otros comentaristas políticos en modo GIF por la Red? Y fuera del formato GIF, ¿a quién acudes cuándo quieres hacerte más soportable la realidad echándote unas buenas risas? ¿Humoristas de cabecera?
¿Comentaristas político? No sé, ¿vale Inda? Por lo que se repiten y por sus razonamientos en bucle, cualquier tertuliano es bastante GIF. La realidad política ya es de por sí bastante cómica, cuando el cabreo no lo supera lo que más hago es reírme de lo que pasa. En Facebook veo más opinión, más denuncia y me hago más idea de lo que piensa la gente que no conozco de nada; pero para reírme de verdad me voy a Twitter porque para la gente que sigo todo es objeto de coña con GIFs y sin ellos. Son realmente brillantes, por poner algunos ejemplos, , , o . Y de humoristas en formato largo me quedo con Ignatius Farray, Louis C.K. y Aziz Ansari.
Hablando de Louis C.K., a principios de marzo el cómico estadounidense aprovechaba el estreno del sexto episodio de su webserie Horace and Pete para alertar a sus seguidores sobre los peligros que a su entender anidan debajo del peluquín del político que más y mejores GIFs nos está dando en los últimos meses. Decía: “Por favor, dejad de votar a Trump. Fue divertido por un tiempo. Pero el tipo es Hitler. Y por eso me refiero a que estamos siendo como Alemania en los años treinta. ¿Creéis que ellos vieron la ‘mierda’ venir? Hitler era solo un tipo divertido y refrescante con un peinado raro sobre el que apenas se podía decir nada. (…) Es un fanático demente. Es peligroso.” ¿Exagerado? El bueno de Louie suena sin duda desesperado, incapaz de entender cómo un tipo con un discurso como el de Trump –simple en fondo y forma, insultante con sus oponentes, claramente xenófobo– esté más que encaminado a convertirse en aspirante republicano al gobierno de su país.
Una posible respuesta a tan desasosegante enigma podríamos encontrarla en lo bien que le sienta a Trump un GIF. Así lo cree al menos Matthew Ingram, redactor senior de la revista Fortune y experto en la evolución de los medios de comunicación, quien en su artículo The Era of the Political Sound Bite is Over. Now It’s All About the Gif analiza cómo ha evolucionado la plasmación mediática de la contienda política desde los años de Ronald Reagan –y su ridiculizante a Jimmy Carter– a este presente nuestro en el que las muecas histriónicas de Trump acaban convertidas en el contenido audiovisual más viralizado de algo a priori tan importante para la nación como el debate entre los candidatos republicanos. “(Estos GIFs) Sin duda han ayudado a reforzar la idea de que es un bufón bocazas”, señala Ingram, “pero al mismo tiempo pueden haber ayudado también a impulsar su campaña, o cuanto menos su perfil mediático. (…) Observando a Trump –uno de los candidatos que más claramente entiende y se aprovecha del entorno mediático actual– da la sensación de que quiera complacer a los creadores de GIF con sus expresiones faciales y su lenguaje corporal. Es un auténtico showman, y eso es algo que se desprende en cada frame”. Conclusión: hay que acabar con esto –esto y esto– cuanto antes.
Como era previsible, los propios partidos políticos no han tardado en subirse al carro del GIF, usándolo como réplica pretendidamente ingeniosa, pervirtiendo así su uso primigenio como desesperado zasca de los ciudadanos a sus representantes políticos. Es la enésima ocurrencia de unos equipos de comunicación empecinados en posicionar a sus jefes en el epicentro del social buzz. Ilustremos tan sonrojante práctica con un ejemplo reciente y cercano, el cruce de GIFs y memes entre los principales partidos de un país que, mientras esto se escribe, sigue sin Gobierno y tiene a más de cuatro millones de sus habitantes en el paro –incluido el community manager de Podemos, que no se enteró del beef twittero–. Al loro:
Pedro, en qué quedamos: ¿???? o ????? .
— Partido Popular
A ver, , somos de ????, y tenemos opciones de dialogar y de sumar. Vosotros…
— PSOE
Eh! , como os pille Merkel de bronca se os va a caer el pelo
— Izquierda Unida
¿Y qué tal un ?????????????
— Ciudadanos
Ante semejante panorama, creo que es el momento de hacer una llamada a la reflexión, de apelar a nuestra responsabilidad como ciudadanos; esto se nos está yendo de las manos y las consecuencias pueden ser irreversibles. Así pues, antes de lanzar al mundo tu ingenioso GIF protagonizado como “Es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”, “España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles” o “Un vaso es un vaso y un plato es un plato”, hazte esta pregunta: “¿Estoy preparado para cuatro años más de Rajoyzilla?” Oh, boy…