24 de mayo de 2000. Capítulo de la tercera temporada de Dawson crece. El rubiales favorito de la América de Ralph Lauren le dice a Joey, la dulce morena de sus desvelos, que siga su camino sin mirar atrás, que zarpe de su vida a bordo del velero capitaneado por Pacey, el otro. “Joey, vete antes de que me arrepienta. ¡Vete!”. Ella, claro, se da el piro y Dawson contrae una mueca digna de Troy McClure en pleno bajón y empieza a sollozar. Apenas son tres segundos, pero es carnaza mohína de sobra para que una retahíla de inclementes internautas acaben convirtiendo ese lamento en el “ con el que ilustrar los dramas cotidianos del primer mundo. James Van Der Beek, el actor detrás del llanto, decide reírse de sí mismo -¿cabía otra opción visto su CV post Dawson crece?- y no tarda en rentabilizar el escarnio digital asociándose con Funny or Die para lanzar en 2011 , lugar de peregrinación oficial para todos aquellos pusilánimes que necesitamos tirar de memes ajenos para expresar emociones propias. El daño ya estaba hecho.

15 de septiembre de 2015. El dúo francés The Shoes sube a su canal de YouTube el clip de Drifted, tercer single extraído de su nuevo disco Chemicals. Apretamos “play”, vemos durante un segundo un collage de GIFs, pero rápidamente un cursor arrastra hacia el centro del escritorio / de la pantalla una nueva ventana de YouTube que reza Thunderdome ’97- The Southern Edition (part2). Martilleo gabber y holandeses bailando con las córneas desencajadas mientras en un TextEdit contiguo se nos anuncia que “ESTAMOS ESCUCHANDO DRIFTED!!!!” … Fundimos música y ¡bam!, the crying GIF, el drama incesante. Dawson emerge gimoteando para reclamar su lugar en la historia, pero entonces los artífices de este adictivo, loquísimo puzzle autorreferencial, el dúo franco-canadiense Dent De Cuir (autores del multipremiado clip de para DyE), deciden darle una vuelta de tuerca más al asunto: Dawson llorando en sitios. Se trata de recuperar la idea del meme primigenio para pervertirlo añadiéndole apéndices según nos lo pida la letra. “Me enamoré de una chica / después de que saliera corriendo / Ahora tengo tiempo para estar solo / Conmigo mismo / A la deriva”. El corazón a la papelera de reciclaje y ¡zasca!, festival de chunda-chunda-GIFs con Chuck Norris dándole mamporros a nuestra maltrecha autoestima. De battre mon coeur exploiterá. Un gato suicida salta al vacío, un castor nos clava la mirada en histérico zoom, el coche blanco de Santiago derrapa humeante, el pianista favorito de Angela Lansbury golpea las teclas sonriente. Y vuelta al drama.

Quién no ha llorado desconsoladamente viendo a Kanye y Kim montándoselo a dos ruedas en el clip de Bound 2, asistiendo al vuelo a cámara lenta de la orca Willy (Keiko, RIP) por encima de su mejor amiguito u observando ojiplático cómo Zidane le parte el esternón a Materazzi o Tyson mastica y escupe el audífono de Holyfield. Maldita sea, todos somos Dawson. Que no pare la flagelación en loop: Ed Norton se golpea de lo lindo, un padre hace volar a su hijo por los aires, un gordito con mono de chocolatinas se convulsiona en el sofá, Nicki Minaj emula a Marujita Díaz, un tractor agita un abeto, a Nicolas Cage se le deshace la cara, dos gatetes hacen monerías, Chuck sigue repartiendo, Seven Person Boat Crash, un bukkake de frankfurts, The Mask nos acribilla a balazos, los glúteos hiperbólicos de Kardashian nos marcan el beat…

Y regresamos a él, el héroe teen a la deriva en el epicentro de la Vía Láctea. Porque su drama es universal. Repite conmigo: Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson. Je suis Dawson.