Megaforce es un colectivo de directores franceses que han puesto patas arriba el mundo de la publicidad y el videoclip. Ramón Ayala les entrevista.
IGGY MIRA
por
Ramón Ayala
Iggy mira a Tom. Tom mira a Iggy en un racord perfecto que nunca acaba. La línea que todo realizador sabe que no se puede saltar se mantiene durante los primeros treinta segundos. Si sostienes la mirada un poco más el lugar ya no es una mesa y dos bancos sobre los que descansan sus culos. La realidad es un coñazo. Más. Pasado el minuto y medio, ya ni siquiera se miran el uno al otro. Hay un tercer personaje al que los dos miran pero ha sido ocultado a nuestros ojos. Lo sabes. Está ahí. Le miran a él. Y es el quien hace que todo se repita una y otra vez. Lo que ves no es una mirada de reprobación entre Iggy y Tom, Tom e Iggy. Es alguien que no ves. Pero está ahí. Permanece atento. No lo pierdas de vista. Pasarán horas sin que puedas verle. Pero está. En el corte. El corte es todo. El corte y donde está el corte. El corte es el estilo. Lo otro son fotos. Fotos bonitas. De ellos, mirando. Sigue atento al corte. Le acabarás viendo. Él es el mismo gesto, el mismo corte, el espacio negativo, él es toda la masa informe que aglutina ceros y unos, píxeles e información comprimida. Es un objeto sin partes. Una pieza de mineral bellísimo y terrible. Las dos caras de las estrellas del rock solo son un reflejo a este lado. Dos alitas de papel en blanco y negro que revolotean ante tus ojos para ocultar su presencia. ¿Un corto de Jim Jarmusch? No me hagas reír, joder. Esto ni siquiera tiene piernas. Ah, empieza a vibrar, ¿lo notas? ¿notas el eco de la frecuencia en tu pecho? Si te expones lo suficiente, la vibración te provocará un desmayo o un arrebato, o un ataque de epilepsia. O todo a la vez. Fuera de tu campo de visión percibes una luz que parpadea en ráfagas de flash descontroladas. Una luz que no ilumina pero que deja expuestos rinconcitos tristes y con ideas viejas de tu cerebro. Concéntrate. Te está mandando una señal. Iggy mira a Tom. Tom mira a Iggy. Ahora solo se miran. Son un trocito de una peli montado en loop de nuevo. Olvida lo que has visto al otro lado. Iggy y Tom se miran entre ellos en un inocente racord. No hay magia que hace que veas más allá. Yo nunca he dicho eso. Ahí dentro no hay nada. Esto lo hizo alguien un poco aburrido con un programa pirateado. No lo volveré a repetir. Iggy mira a Tom.