Rescatamos dos videoclips de Luis Cerveró para Nacho Vegas inéditos para el proyecto De Benidorm a Benicàssim de Luis Troquel. Literalmente: lo nunca visto.
Por Luis Cerveró
Paula’s
Ibiza
Autor: Armin Heinemann y Stuart Rudnick
País de Origen: España
Año: 1974
Dimensiones: 60 cm x 90 cm
Editor: Autoeditado
En el otoño de 2013, mi amiga Sasha Nixon me llevó al tercer piso de Wardour Street donde se esconde, literalmente, ese extraño fenómeno de bibliofilia contemporánea llamado Idea Books. Yo estaba entonces en el cénit de mi fiebre coleccionista, así que no tardé en decirle a David Owen, responsable de Idea junto a Angela Hill, que por mucho que me gustaran los libros, lo que de verdad me interesaba era una buena rareza de póster.
Summer Girl, 1989. Uno de los pósters de Yves Uro para Ku
Estaba de suerte, ya que por aquel entonces estaban preparando, en colaboración con 2ManyDJs y The Wild Life Archive, una exposición para el ICA sobre la explosión creativa en la Ibiza de los ochenta y tenían una joyita que les habían enviado por duplicado. David me hizo pasar a la cámara secreta y desplegó ante mi una gran imagen en blanco y negro en la que un puñado de hippies colgados posaban rodeados de fetiches en una especie de crossover entre la portada del y el hábito de las abuelas de sentarse a la fresca. Yo no tenía ni idea de que era aquello, que es siempre lo mejor que te puede pasar cuando lo que buscas es una rareza.
Paula’s, ahora lo sé, fue probablemente el fenómeno de creación de una identidad que mejor define lo que pasó en Ibiza en los setenta. Verdadero puente entre la reivindicación Adlib de Smilja Mihailovitch y el desfase definitivo de los ochenta, Paula’s surgió de manera casual y espontánea cuando Armin Heinemann voló a Ibiza huyendo de su pasado en Alemania.
Primavera Pacha (1979) póster de la colección personal de Armin Heinemann
Una de las fotos ibicencas de Tony Keeler, que capturó la esencia de la eclosión Adlib en los años setenta
Armin, arquitecto de formación, no tenía ninguna intención de dedicarse a la moda cuando llegó a la isla en 1972. Pero, completamente fumado, compró por muy poco dinero una tienda de artículos de cuero con la intención de volverla a vender más cara y ganar algo de dinero. Cuando entró en la tienda, tenía una nota de una mujer extranjera que le pedía un envío de unas cuantas blusas, así que compró tela de cortinas y localizó a la costurera que había trabajado para la tienda. Así, sin querer, empezó una práctica que le cambiaría la vida para siempre.
Muy pronto se cruzó en su camino Stuart Rudnick, un joven americano que vivía en la calle y vendía hierbas que encontraba por la isla. Armin se fijó en los envoltorios y las etiquetas hechos a mano por Stuart y le invitó a decorar la tienda. Pronto se convirtieron en socios y amigos, encargándose Armin del diseño y producción de la ropa y Stuart de la decoración y la dirección de arte, en una asociación cuanto menos adelantada a su tiempo.
El propio Armin describía aquellos inicios en el libro Goodbye Tanit: Ibiza – zwischen Traum und Trauma en lo que parece casi una traslación a palabras de la imagen del póster:
“Así que nos ponemos manos a la obra para revestir todo el interior de la tienda con floridas telas, incluyendo el techo. Cubrimos el coche con telas florales, llevamos pantalones, camisas y chaquetas con flores, y en la casa todas las almohadas, fundas de edredón y mantas están plagadas de flores. Huelga decir que cada mañana traemos grandes ramos de flores frescas a la tienda y Stuart dedica una hora entera a llenar los floreros y a decorar con flores sueltas las figuras de porcelana, los espejos y los estantes. Todo resulta muy romántico, a tenor de la naturaleza, la plenitud y el movimiento fluido. Las sensaciones definen el modo en que la razón entra en juego. De esta forma se crea una comunicación directa a través de la belleza, la magia, la acción y la fascinación. Este estado de ánimo lo trasladamos más allá de la tienda llevándolo a la calle. Frente a la puerta se sientan Johnnis, una enorme mujer de color con cierto aire a Mahalia Jackson, y Finnin Carita, una rubia menuda y delgaducha. Por si esto fuera poco, Stuart decora como un maharajá indio. Pronto, el sitio delante de la puerta se convierte en un punto de encuentro para los chiflados, guapos, estrafalarios y los flipados. Con el tiempo, eso atrae a tantos turistas, que poco después tenemos que colgar un cordel rojo estilo museo frente a la puerta lo que, por supuesto, le da a todo un aspecto aún más exclusivo y atractivo. Hasta el pequeño escaparate de 80 x 80 cm se convierte en una atracción turística por mérito propio. Stuart lo decora de nuevo cada dos o tres días con piezas de artes aplicadas, antigüedades y curiosidades combinadas con primor y, naturalmente, con flores frescas.”
El texto deja claro que si algo hicieron Stuart y Armin fue plasmar literalmente el flower power de Allen Ginsberg en telas, interiorismo e incluso en los diversos vehículos de reparto de Paula’s. Esto acabaría siendo la seña de identidad de la boutique, que haría instantáneamente reconocibles sus estampados, tanto en confección como en cortinas, sábanas y tapizados.
El éxito y el impacto de Paula’s iría creciendo y consolidándose durante las dos siguientes décadas, hasta ser recogido en el enorme volumen
No he sabido rastrear al autor de la fotografía del póster, que capturó a Armin con sombrero y a Stuart sentado sobre su Bultaco 250 junto a tres de sus colaboradoras habituales. La mujer sentada a la izquierda es Johnnis, la negra de la que habla Armin en su texto. La rubia del fondo creo que no es Finnin Carita, puesto que he encontrado muchas otras imágenes de ella que parecen no corresponderse con su físico. Y la tercera mujer, sentada en un taburete y con su rostro enmarcado es Mora Schröder, verdadera musa de la firma en sus inicios y a la que aparentemente todavía se puede encontrar vendiendo sus propios modelos en el famoso mercado callejero de Las Dalias cada sábado en San Carlos.
Por su parte, Armin y Stuart siguen trabajando juntos, bajo el nombre de Paula’s, aunque la tienda cerró hace más de una década, han reconvertido el proyecto en un estudio multidisciplinar centrado principalmente en interiorismo y en el montaje de óperas en Ibiza. Una evolución lógica y coherente de todo lo que supuso Paula’s en los setenta.
Paula’s Ibiza, editado en 2007 para conmemorar los veinticinco años de la boutique
Finnin Carita junto a Stuart Rudnick, que luce una camiseta de la desaparecida discoteca Glory’s Forever
Mora Schröder al poco tiempo de llegar a Ibiza