Dice Mac McCaughan de Superchunk que los grupos que alimentan bien en las giras duran más. Segunda entrega de la sección de Nando Cruz Una pregunta larga.
Una pregunta larga
Una pregunta larga es una sección de charlas monotemáticas con músicos en las que, en lugar de marear al entrevistado con distintas preguntas sobre mil y un asuntos, hay un solo tema de conversación. Cada mes publicaremos una entrevista con un músico escogido especialmente para conversar con él sobre ese asunto específico.
Por Nando Cruz
Art Brut
¡Formaron un grupo!
Ilustración por Oriol Malet
La excitación que embarga a cuatro adolescentes cuando forman un grupo es un sentimiento difícil de describir, una energía desbocada sobre la que, curiosamente, se ha escrito poco. Los ingleses Art Brut resolvieron esa carencia a las primeras de cambio. La primera letra que compusieron fue Formed a Band. Y no debe existir en la historia de la música una grabación que transmita mejor esa histeria, mezcla de miedo y euforia, que sacude a los componentes de un grupo en sus primeros meses de vida. Solo por eso, Eddie Argos, cantante del cuarteto londinense, era el más adecuado del mundo para hablar sobre tan particular asunto.
La pregunta, en este caso, sería: ¿cómo se viven los primeros meses de existencia de un grupo antes de dar su primer concierto?
¿Recuerdas cuánto tiempo pasaste de joven escuchando música solo por el placer de escucharla, sin tener aún la intención de ser músico?
No puedo porque siempre he querido estar en un grupo. Mi casa no era muy grande. Yo compartía la habitación con mi hermano y mi madre guardaba sus discos allí, así que con seis años ya tenía discos alrededor. Allí estaban los discos de The Pogues, por ejemplo. Mi madre los ponía y yo le preguntaba: “¿quiénes son?”. Y nos poníamos todos a saltar.
¿Cuándo hiciste ese “click” de pensar que te gustaba mucho la música pero que te gustaría aún más ser tú el que la creaba?
Cuando cumplí doce o trece años pedí de regalo una guitarra. Quería ser el guitarrista de un grupo. Formé grupos con los amigos, pero solo tocaba una cuerda. Tardé un año en darme cuenta de que eso no era lo mío. Entonces decidí que tendría que ser el cantante.
¿Por qué querías formar una banda?
Porque soy incapaz de tocar un instrumento y cantar a la vez. Necesito una banda que toque para ser el hombre que grita. Me gusta llamar la atención.
Jarvis Cocker, de Pulp, explicaba que con quince o dieciséis años él ya sabía que quería hacer música dentro de un grupo porque era muy tímido y así tendría un colchón de seguridad que le protegería.
Sí, claro. Algo de eso también hay. Yo soy una persona muy tímida, el típico al que le dan taquicardias cuando intenta acercarse a una chica. En cambio, subir al escenario y coger un micrófono me da cierta seguridad.
Un tímido al que le gusta llamar la atención, eh.
Sí, suena extraño, ¿no? Pero creo que hay mucha gente así en los grupos.
¿Expresaste tu deseo en público o era solo un pensamiento privado?
¡No paraba de decirlo a mis amigos! ¡Y no paraba de meterme en grupos! Grupos que nunca tocaron en directo o que ni siquiera llegaron a ensayar. A los trece años estuve en uno con el que siempre decíamos: “el martes ensayaremos”. Nunca ensayamos, pero íbamos siempre juntos, así que éramos un grupo. Al cabo de un año formamos Art Goblins. Desde que elegimos nombre hasta que empezamos a tocar pasaron dos años. Para entonces, yo tenía dieciséis o diecisiete años.
Pensaba que Art Brut había sido tu primer grupo, así que descubrir que antes tocaste en los Art Goblins me decepcionó un poco. Por eso quería preguntarte si formar tu primer grupo es algo irrepetible o si esa excitación irrefrenable puede repetirse por segunda vez.
El éxito de un grupo sí es algo disfrutable y con Art Goblins no tuvimos ningún tipo de éxito. Pero, bueno, meterte con dieciséis años en un sótano a gritar y aporrear cosas sin que a nadie le importe lo que estás haciendo también es disfrutable.
¿Cuándo descubriste que Art Goblins no sería el grupo de tu vida?
Cuando todos se fueron a estudiar a la universidad excepto yo. Yo suspendí intencionadamente mis exámenes para no poder entrar en la universidad, pero no se lo dije a nadie, así que ellos aprobaron y entraron. Me quedé solo y tuve que buscar nuevos amigos con los que montar otro grupo. Y me fui a Londres.
¿Te fuiste a vivir a Londres solo porque querías formar un grupo?
Sí. No quería quedarme en Bornemouth. Tenía veinte años. Nicky Biscuit (teclista de Art Goblins) también se fue a Londres. Me fui a vivir con él y su novia.
Háblame de aquella fiesta en la zona de Mornington Crescent en la que conociste a Chris Chinchilla, el primer guitarrista de Art Brut.
Fui con otro amigo que tenía un grupo. De hecho, todo el mundo en esa fiesta tocaba en algún grupo. Yo estaba muy celoso y me moría de ganas de estar en un grupo. Pregunté a todo el mundo si quería juntarse conmigo y todo el mundo me decía que no. Allí conocí a Chris y empecé a soltarle el rollo de que los Art Goblins fuimos muy famosos y le convencí para montar un grupo. Supongo que no me creyó, pero le debí parecer divertido. Nos intercambiamos los teléfonos y al cabo de unos meses, dos meses y medio, le mandé un mensaje. No es que me hubiese olvidado de aquello, pero… no sé. Al final fue él quien lo puso todo en marcha. Él alquiló el estudio, él encontró a Rika (Frederika Feedback), el bajista. Y finalmente encontramos al batería, Mikey, en el autobús.
Pero, ¿esa historia del batería y el autobús es cierta?
Absolutamente. Nos costó una eternidad encontrar batería. Y un día mi amigo Nicky (Biscuit) estaba en el autobús y oyó a un tipo alemán que le contaba por teléfono a alguien lo bien que tocaba la batería. También explicó que trabajaba en una tienda (de ropa) Merc de Carnaby Street. Nicky nos lo explicó, yo fui a la tienda y dejé una nota allí diciendo que buscábamos a un alemán que trabajaba en esa tienda y que también tocaba la batería. Dejamos nuestro teléfono, me llamó y así nos conocimos. (Ese sería Mikey Breyer).
¿Tenías algún trabajo en aquella época?
Sí, era trabajador social.
¿Sentías que estabas perdiendo el tiempo cuando pasaban los meses en Londres y no conseguías formar tu grupo?
Un poco, pero mi trabajo también era importante porque ayudaba a la gente.
¿Cuál es la primera canción que compusisteis Art Brut?
Formed a Band. Así es como demostré a los demás que sabía cantar. Hasta entonces me había pasado las semanas farfullando. Chris no dejaba de decirme: “ahí es donde has de meter la voz, canta ya”. Y yo seguía farfullando. Ese día empecé a gritar: “Formed a band! Formed a band! We formed a band!”.
¿Ya tenías esa frase en mente, ese estribillo de “formed a band” como idea central a partir de la cual montar toda la canción?
Sabía que quería escribir una canción sobre la creación del grupo. Estaba tan excitado de haber formado un grupo que no se me ocurría nada mejor en lo que pensar y de lo que hablar. Y, claro, llevaba semanas diciendo a todo el que me cruzaba: “¡he formado un grupo!”. Así que acabó convirtiéndose en un verso.
¿Qué hicisteis aquel día después del ensayo en el que por fin gritaste la letra de Formed a Band? ¡Por fin eras un cantante! ¿Lo celebraste?
Fuimos al pub, por supuesto. Pero tampoco es que aquel día saliésemos tan eufórico del ensayo. En realidad, aún no teníamos ninguna canción. Aún faltaba probar y descartar un montón de frases. Lo de Israel y Palestina, por ejemplo, no lo teníamos aún. En realidad, solo teníamos el estribillo: “formed a band”.
En la letra también dices “miradnos”. ¿A quién te dirigías?
¡A todo el mundo! Estaba orgulloso de nosotros. ¡Llevaba siglos intentando montar un grupo!
En la grabación haces una pausa extraña al decir: “Estamos hablando… a los chavales”. ¿Es intencionada? ¿Qué pretendías?
Aquel día tenía mil cosas en la cabeza. Igual dudé sobre lo que quería decir. O igual pensé que quedaba bien hacer esa pausa. Lo que sí quería decir es eso de que hablábamos a los chavales porque yo pensaba que en esa época muy pocas bandas se dirigían a los chavales. The Libertines acababan de aparecer.
La letra contiene exageraciones delirantes. Eso de ser el grupo que compondrá “la canción que selle la paz entre Palestina e Israel” y “una canción tan famosa como Cumpleaños feliz”. ¿Qué sentimiento querías transmitir? ¿Esa sensación de “creo que tengo el mejor grupo del mundo pero no hay modo de comprobar si eso que creo es cierto”?
Sí, un poco es como describir lo que quieres conseguir siendo muy consciente de que no lo puedes conseguir. Me encantaría conseguir que Israel y Palestina firmasen la paz, pero creo que es imposible. En la canción hay una lista de cosas imposibles, pero soy una persona optimista y me gustaría lograrlo todo.
¿Recuerdas un día en el que pensaras: “esta vez no pasará lo mismo que con Art Goblins, esta vez sí he formado la banda de mi vida”?
Cuando compusimos Formed a Band sí pensé: “ya lo tengo”. Siempre pensé que tocaría con el grupo y seguiría trabajando de asistente social, pero cuando la compuse pensé que era una canción bastante buena. Cambiamos de local de ensayo para poder oírnos unos a otros. Era un poco más caro, pero por primera vez nos oíamos y exclamábamos: “¿Tú estás tocando eso? ¡Increíble!”. El ritmo de batería, por ejemplo, era muy bueno. Era una burla de Joy Division.
¿Cómo fue la grabación? ¿La hicisteis en una sola toma?
Más o menos. Por lo que a mí respecta, sí. Recuerdo que cuando fuimos a grabarla en el estudio y empecé a gritar “¡formed a band, we formed a band!”. El ingeniero paró la grabación y me preguntó si me sentía bien. Le dije: “Sí, claro que estoy bien. ¡Estoy cantando!”. Era una maqueta, así que tampoco había dinero para mucho más. Fue una grabación muy austera. Creo que costó quinientas libras. Y ese día también grabamos Modern Art y Moving to L.A.. Esa fue la primera demo, la que dábamos a la gente de salas para conseguir bolos. También la regalábamos. A veces, nos sentábamos al final del autobús y dejábamos algunas copias allí para que quien las encontrase se las llevase.
Cuando empezasteis a ensayar y a preparar vuestro primer concierto, ¿eras de los que se dedicaba a colgar pósters y adhesivos del grupo?
Oh, sí. Chris y yo pegamos adhesivos. Muy pronto empezamos a tocar dos y tres veces por semana y los días que no tocábamos nos dedicábamos a pegar adhesivos por todos lados. Nos emborrachábamos y pegábamos los adhesivos en cualquier lugar. Y cuanto más bebíamos, más adhesivos enganchábamos.
Una vez compuesta Formed a Band, y sabías que la ibas a cantar, ¿ya no podías pensar en nada más que en el grupo y en el concierto?
Exacto. Si teníamos concierto por la noche, me pasaba el día pensando en eso. Me gusta mucho eso que hace Jonathan Richman de colar historias en la canción y me pasaba el día pensando qué cosas meter. Si leía un periódico y veía que había sucedido algo, pensaba: “¡esto podría colarlo!”. A lo largo del día, mi cabeza se iba llenando de información estúpida, así que por la noche tenía que vaciarla. En lugar de interpretar cada canción minuciosamente, me pasaba el concierto colando tonterías que ni siquiera había pactado antes con el grupo.
¿Recuerdas qué hiciste durante el día de vuestro primer concierto?
Recuerdo que al mediodía ya estaba vestido y peinado para el concierto, aunque no tocábamos hasta las diez de la noche. Es curioso, porque he dejado de preocuparme por la forma de vestir en los conciertos. Salgo con lo que tengo y punto. Pero aquel día sí me preocupé mucho. También recuerdo que me pasé el resto del día dando vueltas por la calle hasta que llegó la hora.
Me estoy acordando mucho de la película The Commitments, en la que se ve perfectamente esa excitación de cómo se forma una banda.
Me encanta esa película.
¿Cómo os desplazasteis para aquel primer concierto?
Tocar en Londres es fácil. Coges el tren, el metro o el autobús y te llevas las guitarras contigo. No necesitas furgoneta. Me gusta mucho caminar y algún día iba caminando desde el trabajo hasta el local del concierto. A veces caminaba dos horas. Pero, claro, entonces llegaba demasiado cansado para actuar. Ese día fui en tren. Yo vivía en Leyton y tocábamos en The Verge, en Kentish Town.
¿No fuisteis juntos a concierto? ¿Cada cual fue por su cuenta?
Sí, y hacía por lo menos un mes que no ensayábamos. Quizá dos. De hecho, tampoco nos conocíamos demasiado bien entre nosotros. Después del primer concierto nos empezamos a conocer. Nos emborrachamos juntos esa noche. Pero eso ya fue cuando acabó el concierto, no antes.
¿Ni siquiera os llamasteis para saber si algún músico necesitaba ayuda para transportar su material?
Ese día nos prestaban la batería porque la nuestra estaba en Alemania. Supongo que Chris se encargó también de eso.
¿Quién fue a verte a ese primer concierto?
Los Bloc Party estaban allí, aunque entonces se llamaban The Union. Mi exnovia también estaba allí porque salía con Matt Tong, el batería; aunque de eso me enteré hace poco. Por cierto, en nuestro segundo concierto estuvieron Carter USM porque el segundo grupo de la noche era del sello de Fruitbat. Yo soy un gran fan de Carter y fue flipante porque ya durante la prueba de sonido vi a Fruitbat que andaba por allí. “¡No voy a poder cantar!”, pensaba.
¿Vino alguien de tu familia?
Vino mi hermano y su novia. Mi novia no pudo venir porque entonces no vivía en Londres. Pero, bueno, estaba mi exnovia. Y vinieron muchos amigos.
¿Al acabar el concierto pensaste que no querías repetirlo nunca más?
Oh, no. Fue maravilloso. Quería repetir cuanto antes. En ese primer concierto estaban muchos de mis amigos. Tocamos Moving to L.A. y cuando yo gritaba eso de “I’m considering a move to L.A.”, ellos gritaban la respuesta del estribillo: “He’s considering a move to L.A.!”. ¡Estaban como locos! Ya sabes cómo son los primeros conciertos. Vienen todos tus amigos aunque no les interese la música.
¿Hiciste algún juramento respecto a la banda? Algo tipo: “con Art Brut nunca haremos esto” o “nunca nos separaremos hasta lograr eso otro”.
Somos un grupo raro. Nuestro primer single era una maqueta. La colgamos en internet, la incluyeron en un recopilatorio de Angular Records y luego Rough Trade la sacó como single. Cuando empezamos a pensar qué cosas podíamos hacer, estas estaban ocurriendo. A veces decíamos: “Mierda, igual deberíamos tener algún plan antes para no vernos atrapados por los acontecimientos”.
¿Había entonces algún grupo que estuviese creciendo en paralelo a vosotros y en el que os pudierais inspirar para maniobrar en una u otra dirección? Un grupo del que estar celoso o con el que compararos.
Mi banda de referencia era Ciccone, el grupo que celebraba aquella fiesta en la que conocí a Chris. Me encantaba ese grupo. Nosotros formamos parte de una cosa llamada la escena de New Cross que incluía también a Bloc Party, Vichy Government, The Violets… Todos esos grupos surgimos a la vez. Parecía una carrera. Y Bloc Party ganó la carrera. Obviamente, no existía tal escena, pero ver que algunos de tus amigos graban discos te hace pensar que no debe ser imposible hacerlo. Y ese es un sentimiento muy agradable.
¿Recuerdas la primera crítica que leíste de Art Brut?
Sí, salió un fanzine de internet sobre los Manic Street Preachers. Era la crítica de Formed a Band, el single de Rough Trade. Dijeron el sonido era molesto y las letras, un poco torpes, pero que estaba bien. Me cabreé un poco, la verdad.
¿No tenías una canción sobre los Manics titulada Fuck the MSP?
Sí, los odio. Pero no podían haberla oído porque la grabamos años más tarde. (La grabaron los Art Goblins en 2007 para un single).
¿Hubo algún momento en el que pensases que el grupo no acababa de arrancar?
Pasamos por momentos complicados después de publicar Formed a Band. Rough Trade publicó el single y se escribía mucho sobre nosotros, pero no teníamos contrato ni nada para hacer el disco. Fue un poco frustrante. Todo el mundo hablaba de nosotros pero nadie quería sacarnos el disco. Eso fue duro.
¿Y algún momento en el que pensases justo lo contrario, que Art Brut ya iba sobre ruedas?
Cuando fuimos a tocar a Suecia. Acababa de salir Formed a Band y teníamos que tocar cuarenta y cinco minutos. No teníamos repertorio para tanto, así que antes de volar hacia allí escribimos Rusted Guns of Milan y My Little Brother para rellenar un poco.
¿Sientes que esos primeros meses de gestación de una banda son como los primeros meses de enamoramiento?
Un poco, pero tampoco hay que obsesionarse. Esos momentos primeros de flechazo son intensos, pero sentir que tu relación lleva un tiempo consolidada también es muy agradable. Y cuando digo esto, pienso tanto en un grupo como en una relación de pareja. De hecho, ahora es mucho mejor que antes.
¿Cuándo sentiste que esa primera etapa de excitación había dado ya paso a una segunda etapa más de oficio?
Sí, cuando tocamos en el 100 Club. Es el típico local sobre el que he leído que grupos de los años setenta habían celebrado su primer concierto importante y allí fue donde Art Brut hicimos nuestro primer concierto como grupo principal.
¿Crees que formar un grupo puede ser tan excitante como actuar en el Top of the Pops, celebrar tu primer concierto o conocer el éxito?
Nosotros nos divertimos muchísimo cuando empezamos. Ahora a veces se parece más a un trabajo, aunque, desde luego, es el mejor trabajo del mundo. Pero formar el grupo, juntarse a tocar por primera vez… ¡Me encanta ver actuar a grupos que acaban de formarse! Ver cómo el bajista se acerca al micrófono por primera vez y se le acopla. ¡Me encanta!
¿Conociste en esa época a alguien que también formase un grupo?
¡Mi hermano formó un grupo! Y tenían una canción en la que decía: “He formed a band, he formed a band, but we formed a band just a little bit better”.