Rafa Castells retrata al artista Nazario para L’Officiel
“Dixon volvió a la vida. La consciencia se abalanzó sobre él sin que pudiera evitarlo; abandonar los salones del sueño de manera grácil y paulatina no era para él, lo suyo era más bien una expulsión rápida y forzosa. Yacía despatarrado, demasiado dolorido para moverse, como un centollo destrozado que la mañana ha escupido sobre los guijarros de una oscura orilla. La luz le hería, aunque no era tan doloroso como fijar la mirada sobre los objetos; resolvió, tras un intento, no mover los globos oculares de nuevo. Un martilleo sordo en su cabeza hacía que la realidad palpitara como un latido. Algún insecto nocturno debía de haber usado su boca como letrina y después como mausoleo. Era como si la noche anterior hubiera estado corriendo campo a través y después recibido una experta paliza por parte de la policía secreta. Se encontraba mal.”
(…)
“Cuando esa indescriptible combinación de depresión, tristeza (no son lo mismo), ansiedad, autodesprecio, sentimiento de fracaso y miedo al futuro te empieza a atenazar, ve haciéndote a la idea de que lo que tienes es resaca.”
KINGSLEY AMIS, La suerte de Jim
Kingsley Amis × Rafa Castells
