Dice Mac McCaughan de Superchunk que los grupos que alimentan bien en las giras duran más. Segunda entrega de la sección de Nando Cruz Una pregunta larga.
Entrevista a Arab Strap
Por Nando Cruz
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Arab Strap se formaron en 1996 y se separaron en 2006. Y con la misma puntualidad, diez años después, reaparecen en 2016. Estos días, seguramente, leeréis muchas reflexiones del grupo opinando sobre su reunión, pero esto es lo que decían en el momento de su separación en una entrevista inédita realizada hace justo una década, durante su gira de despedida. Aquella noche, a su paso por Barcelona, Aidan y Malcolm se miraron de reojo y conversaron abiertamente sobre su adiós. Estaban en plena cuenta atrás. Eran sus últimos días juntos.
En otoño de 2006 el dúo escocés Arab Strap emprendió su gira europea de despedida. Aquel Farewell Tour se compuso de treinta y seis fechas por Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda, Bélgica, Alemania, Suiza, Italia, Inglaterra y Escocia. Cuatro de los conciertos recalaron en España. El 19 de noviembre, en la sala Razzmatazz 2 de Barcelona, Aidan Moffatt y Malcolm Middleton reflexionaron y bromearon sobre lo que implica emprender una última gira. Charlamos en su camerino, minutos después de su última actuación en España y mientras, paradójicamente, el público aplaudía a unos renacidos Violent Femmes, el grupo con quien compartieron su gira peninsular.
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¿Por qué la gira de The Last Romance no fue ya la de despedida y habéis decidido hacer un ’Farewell tour’?
Aidan Moffatt: Porque cuando hicimos aquella gira no sabíamos que sería la última. A mitad de gira decidimos separarnos y no hubiese sido honrado terminarla, regresar a casa y olvidarnos de todo. Por otro lado, era el décimo aniversario del grupo, así que también había algo que celebrar.
Malcolm Middleton: Creíamos que había que hacer algo especial.
A. M.: Algo como separarnos. (Risas)
M. M.: También nos parecía que el disco era un buen final para el grupo.
¿Cuándo descubristeis que The Last Romance era un buen epílogo?
A. M.: Después de la gira. Además, al ser el décimo aniversario del grupo, también estaba planeado publicar el recopilatorio (se refiere a Ten Years of Tears). Y, en cualquier caso, después de diez años es un buen momento para dejarlo. Será duro hacer el último concierto y decirle a la gente que no habrá más. No sé si lo disfrutaremos mucho, pero es lo que debemos hacer.
Seguro que diréis que los dos estáis de acuerdo con la decisión, pero tuvo que haber uno que lo verbalizara antes. ¿Quién fue?
A. M.: Yo. Pero estoy convencido de que Malcolm ya pensaba lo mismo.
M. M.: Yo recuerdo haberlo pensado, pero fuiste tú quien lo dijo un día. Me llamaste por teléfono.
A. M.: Luego quedamos en el pub, hablamos del tema unos diez minutos y nos emborrachamos. Y seguimos hablando de la vida, Dios y el más allá.
¿Cuándo tuvisteis la cita? ¿Con qué ánimo fuisteis al pub a hablarlo?
A. M.: Creo que fue un par de semanas después de volver de la gira. Era verano, eso sí. Y allí mismo pensamos en hacer una gira de despedida. Yo iba hacia el pub acojonado pensando que igual acabaría arrepintiéndome de esa decisión toda mi vida. Mi intención es grabar otros discos, pero tengo que asegurarme de ganar algo de dinero porque no tengo mucho ahorrado. Y no tengo otra cualificación laboral que estos diez años grabando discos.
M. M.: Lo mismo me pasaba a mí. No sé qué pasará a partir de ahora. Y sé que suena a cliché, pero tenemos que descubrir quiénes somos cada uno de nosotros al margen del grupo.
¿Lo veis como esas separaciones de parejas que, en vez de decirse adiós para siempre, se toman un año de tiempo para…?
A. M.: ¿…para follar con otros? (Risas)
M. M.: No, todos sabemos que esa alternativa nunca funciona.
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¿Habéis visto alguna gira de despedida de algún grupo que os gustase?
A. M.: Yo vi la de Big Black, pero era muy joven. En esa época aún estaba escuchando a Belinda Carlisle.
M. M.: La gente que va a esos conciertos de despedida cree que serán un cúmulo de emociones y momentos mágicos, pero son solo otro concierto.
A. M.: Ya he leído alguna crítica de esta gira en la que el autor se mostraba ofendido porque no había percibido nada especial o emocionante durante el concierto. Joder, llevamos seis semanas de gira, ¡qué quieres!
Antes de emprender esta gira, ¿estabais más nerviosos o inquietos de lo normal? ¿Qué pasaba por vuestra cabeza dos días antes de volver a la carretera, mientras estabais haciendo la maleta?
M. M.: Tampoco ha sido tan diferente. Llevamos diez años saliendo de gira y sin la certeza de que habría otra. Yo empecé esta gira con muchas ganas.
A. M.: Las giras siempre evolucionan igual: las dos primeras semanas son divertidas, en las dos del medio estás un poco más perdido y aburrido y las dos últimas, sabiendo que vuelves a casa, te entra un poco la vergüenza y la preocupación. Pero, en realidad, una gira son como unas vacaciones de seis semanas: siempre hay una semana en medio en la que te aburres.
M. M.: La novedad de esta gira es que se ha apostado dinero para adivinar quién volverá a casa antes. Stewart Henderson, de Chemikal Underground, ha organizado una porra para ver quién planta al otro a media gira.
A. M.: Y nadie va a ganar ese dinero porque Malcolm no se quiere bajar de la gira y yo tampoco pienso hacerlo.
¿No crece la tristeza o el nerviosismo al acercarse ya la fecha final?
M. M.: No. Creo que todo eso aparecerá después del último concierto.
A. M.: No puedo hablar por Malcolm, pero para mí esto no es algo triste. Es positivo haber podido grabar discos durante diez años y poder decidir cuándo quieres parar, dándote cuenta de cuándo has alcanzado cierta cima. No creo que haya grandes territorios a explorar que no hayamos explorado ya; ni a nivel técnico ni a nivel compositivo. Para mí es muy positivo que el final de Arab Strap coincida con un gran momento del grupo.
He pasado por el puesto de merchandising. Veo que habéis fabricado más camisetas de lo habitual. Y un single de despedida con la canción There Is No Ending y una remezcla de The First Big Weekend, la primera canción que publicasteis. Es un adiós con muchos detalles.
M. M.: El año pasado The Delgados se separaron y sé que tuvieron sus conversaciones sobre si hacer una gira de despedida. Algunos querían y otros, no. Era agosto y al final su adiós fue como dar un portazo e irse.
¿La separación de The Delgados ha sido una inspiración para…?
A. M.: … ¿para hacer justo lo contrario? (Risas) No, no. Es broma. Nos da mucha pena que The Delgados se hayan separado. Pero las razones por las que ellos se separaron son completamente distintas a las nuestras. En su grupo había un par de personas un poco hartas de ir de gira.
¿Habéis hablado con otros grupos escoceses ya disueltos sobre cómo fue su última gira?
A. M.: Aparte de The Delgados, el otro grupo que conozco de cerca es Mogwai. Y están muy unidos.
M. M.: Bueno, llevan un tiempo sin hacer nada así que…
A. M.: ¡Es cierto! También hay apuestas sobre qué grupo escocés va a ser el siguiente en separarse. La cosa está entre Mogwai y Belle & Sebastian.
M. M.: Mogwai tendrían que separarse pronto. Si siguen se convertirán en Pink Floyd o algo así.
¿Os sentís más unidos en esta gira o hay algo que sabéis que ya os está distanciando y os estáis preparando para la nueva situación?
A. M.: Otra razón por la que nos separamos es que nos llevamos mucho mejor cuando no estamos de gira. Una gira no es el mejor espacio en el que desarrollar una amistad. Somos dos personas que estamos muy bien solas, así que es un poco raro que hayamos pasado tantos años juntos de gira.
Los dos coincidís en que el concierto de Londres ha sido el mejor. ¿Ha habido alguno realmente malo?
M. M.: ¿Bergen?
A. M.: ¡Bergen! ¡Aquellos mamones! En primera fila había un par de fans muy borrachos coreando todas las canciones y eso lo arruinó todo.
¿Ha habido algún momento en estas primeras semanas de gira en las que hayáis pensado que fue una mala idea montar este Farewell Tour?
M. M.: Sí, la tercera vez que nos robaron en la furgoneta. En las primeras tres semanas de gira hemos sufrido un robo por semana.
A. M.: ¡Tres veces nos han robado ya! Y hemos decidido que si nos pasa una cuarta vez nos volvemos a casa. ¡A tomar por culo!
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Eso demuestra que Arab Strap es un grupo cada vez más popular.
A. M.: Me alegra que hayas sabido encontrarle el lado positivo.
M. M.: Pero eso también demuestra que deberíamos tener más cuidado.
¿Estáis deseando que lleguen las tres fechas escocesas en Edimburgo, Aberdeen y Glasgow?
A. M.: No creo que nadie en el grupo esté deseando tocar en Aberdeen. (Risas)
Durante el concierto de esta noche he detectado un par de cosas extrañísimas mientras tocabais There Is No Ending. La primera es que tú, Aidan, has abierto los ojos justo antes de tocar el piano… ¡y has mirado al público!
A. M.: ¡Porque es la única canción en la que tengo que mirar las teclas para no equivocarme de nota!
Es algo que no te había visto hacer antes y he imaginado que tal vez buscabas descubrir en las caras del público si eran conscientes de que esa iba a ser la última canción de Arab Strap que oirían en directo.
A. M.: Estaba mirando a las chicas. Uno de los escasos placeres que puedo permitirme mientras toco el piano es mirar a las chicas guapas del público.
Pero lo que me ha extrañado todavía más ha sido que…
M. M.: ¡Sé lo que vas a decir! ¡Que Aidan me ha sonreído!
¡Exacto! ¡Aidan te ha sonreído! ¡Pero porque tú le has sonreído antes!
A. M.: ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! ¡Tenemos que asegurarnos de que no haya sonrisas en Glasgow o la gente se va a ir a casa muy cabreada!
Eso. Tendréis que ensayar mejor vuestra contención para que os salga una buena actuación seria.
A. M.: No es actuar. Disfruto mucho la música que tocamos, pero no somos monos. Y ya sonrío bastante fuera del escenario. Mucha gente del público pide a Malcolm que sonría, pero no es fácil estar cómodo en un escenario.
M. M.: Estamos haciendo grandes progresos en ese sentido.
¿Estos días pensáis más en los fans de Arab Strap o en los enemigos?
A. M.: Nunca he pensado en nuestros enemigos. Estoy seguro de que hay muchísimos, pero has de tener algo muy claro cuando montas un grupo: te odiará muchísima más gente de la que te admirará. Y si no tienes esto claro te vas a volver loco.
M. M.: Estas semanas he empezado a pensar que voy a necesitar un par de años para darme cuenta de lo que ha significado Arab Strap. Estando dentro del grupo es muy difícil llegar a conclusiones. Y tengo curiosidad por saber cuál ha sido el legado de Arab Strap.
¿Creéis que el de Glasgow será el concierto más importante de vuestra carrera?
M. M.: En absoluto. El concierto más importante de Arab Strap fue el primero de nuestra carrera.
A. M.: Pues yo creo que sí porque en aquel primer concierto sonamos como una mierda. Es muy importante que toda la gente que conocemos venga a vernos al ABC de Glasgow y se lleve un buen recuerdo de nosotros.
¿Hay alguna cosa de la que no os hayáis podido convencer el uno al otro durante estos años y que estéis intentando conseguir en esta gira?
A. M.: Yo estoy intentando convencerle para actuar en el último concierto con kilt. Quedaría muy bien que todo el grupo vistiera así en Glasgow.
M. M.: ¡No somos un grupo de música escocesa! Lo haría si fuese un kilt negro. De hecho, yo iría todo de negro: falda, calcetines y camisa negros.
A. M.: ¿Y llevar el kilt solo para el bis? Va…
¿Hay algo que os inquiete del día de Glasgow? Aparte del tema falda…
A. M.: No es que me dé miedo pero no quiero que la gente me dé la paliza. Creo que tendré el móvil desconectado todo el día. Y el día antes, también. Me voy a concentrar en que nadie me dé la paliza.
M. M.: A mí lo que me da miedo no es que ese sea el último concierto sino que luego empiecen a preguntarme qué pienso de estos diez años de carrera y cosas así. Prefiero acabar el concierto, pasar página y ya está.
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Seis meses después.
En mayo de 2007, Malcolm Middleton estaba de nuevo en Razzmatazz presentando su disco A Brighter Beat. La última gira de Arab Atrap aún estaba fresca, así que retomamos la charla donde la dejamos medio año atrás.
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Cuando nos vimos en Barcelona, decías que no percibías que aquella gira fuese tan distinta a otras, que no sentías nada especial. Entonces aún faltaban días para el concierto final en Glasgow. ¿Cambiaron tus sensaciones conforme os acercasteis a Inglaterra y Escocia?
Sí. En la última semana el latido del corazón era cada vez más y más fuerte. Y cuando llegó el día de Glasgow no tenía ni idea de cómo reaccionaría. No sabía si me echaría a llorar o qué. No sabía si me sentiría triste o feliz. Pero fue un gran día. Y todo lo que ocurrió fue de verdad. Disfrutamos mucho tocando y aparecieron un montón de amigos.
¿Cómo fue el primer concierto escocés, el de Edimburgo? ¿Hubo algo que te hiciese sentir distinto que cuando tocaste días atrás en Italia?
Sí, claro, siempre es distinto cuando actúas ante el público escocés. Pero incluso allí, todos los pensamientos y deseos estaban puestos en el último concierto de Glasgow. Hacía un par de días que las entradas de Glasgow se habían agotado y aquel iba a ser el último concierto de verdad.
¿Y el de Aberdeen? Aidan decía que nadie del grupo quería tocar allí.
Yo tampoco. De hecho, ya no recuerdo haber tocado allí.
¿Me puedes describir el ambiente en el camerino de Glasgow antes de salir por última vez al escenario a hacer el último bis?
Todos estábamos muy contentos. Toda la noche fue una celebración. No hubo ni rastro de tristeza en el camerino ni durante el concierto.
¿Dónde hicisteis la fiesta de despedida tras el concierto?
En un bar de la misma sala. John (Mauchline), el que hace un discurso en el primer álbum (The Week Never Starts Round Here), fue el discjockey.
¿A qué hora te marchaste a casa?
Hacia las cuatro. De hecho, tuve problemas para salir del bar. El promotor me regaló un póster de la gira enmarcado como muestra de agradecimiento y cuando salía del camerino el vigilante pensó que lo estaba robando.
¿Qué sentiste al día siguiente de aquel último concierto?
Como pocos días después fuimos a Japón, no fue hasta enero que empecé a pensar que todo aquello se había acabado y que nunca volvería a tocar esas canciones. Estaba triste, pero siempre pensé que paramos en el momento adecuado, así que estaba también contento.
Pero… ¿Cómo? ¿A Japón? ¿A qué?
Hicimos una gira por Japón. Estuvimos diez días e hicimos seis conciertos.
Entonces, ¿el concierto de Glasgow no fue el último de Arab Strap?
No. En principio iba a serlo, pero nos llego una propuesta de Japón. Solo habíamos estado una vez allí, en 1998, y no podíamos rechazarla. Lo de Japón nos lo tomamos como unas vacaciones. Nunca vendimos demasiados discos en Japón. Tenemos muy pocos fans allí, así que fue un poco raro. Los conciertos estuvieron bien, pero, desde luego, fueron muy distintos al de Glasgow. Uno lo hicimos en la bodega de no sé quién.
Meses atrás decías que en Glasgow hay una porra para adivinar si se separarán antes Mogwai o Belle & Sebastian. ¿Por quién apostaste tú?
Eso que dije fue una idiotez. Espero que ambos grupos sigan en activo muchos años.
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Arab
Strap
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Dos años después.
En mayo de 2007, En 2009 Aidan Moffatt publicó How To Get To Heaven From Scotland y realizó varias entrevistas promocionales. Hacía más de dos años que Arab Strap eran historia. Antes de que los recuerdos se difuminasen del todo, aproveché para recabar los últimos detalles de aquel Farewell Tour.
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Ya me contó Malcolm que no hubo más robos durante el resto de gira. Pero, ¿qué os habían robaron exactamente?
La primera vez me robaron una maleta con parte de mi ropa y el pasaporte. Llevaba dos maletas, así que aún tenía ropa, pero sin pasaporte no podía volver a casa. Y la segunda vez nos robaron el navegador de la furgoneta. Lo curioso es que habíamos tenido mucha suerte hasta entonces. Nunca nos robaron nada, pero en los dos últimos años de giras nos pasó de todo.
Recuerdo que no os apetecía demasiado tocar en Aberdeen. No sé si preguntarte por el concierto de aquella noche.
Estuvo correcto, pero todos estábamos esperando que llegase el momento de tocar en Glasgow. La sala ABC es una de mis favoritas de Glasgow. Y para ser Glasgow, vino muchísima gente; mil doscientas personas o así. Seguramente fue nuestra mayor audiencia, porque en Glasgow solían venir cuatrocientas o quinientas personas. Y fue sin duda nuestro mejor concierto. Es un recuerdo estupendo para terminar. Todas las despedidas de los grupos deberían ser como aquella. ¡Y luego nos fuimos una semana a Japón! ¡Joder!
Ya, ya. Malcolm me contó lo de la gira sorpresa. Tal vez sea una de las cosas más raras que os haya pasado a Arab Strap: anunciar que os vais a separar y, de repente, que os contraten para ir de gira por Japón.
Todos creíamos que el concierto de Glasgow iba a ser el último, pero justo antes de empezar la gira de despedida nos ofrecieron ir unos cuantos días a Japón. Aquella gira iban a ser unas vacaciones. Tendríamos muchos días libres para hacer turismo, visitar lugares, probar comidas extrañas… Era un modo estupendo de celebrar nuestro final. Y al resto del grupo le parecía un plan sensacional. Si llegamos a rechazar esa gira, nos hubiesen matado.
Fue un final feliz, ¿no? No fue como cuando acabas de cortar con tu pareja pero ya has pagado unos billetes de avión y os tenéis que ir de viaje aun sabiendo que es la peor idea del mundo. Mmm… dicho así, hasta suena como el argumento de una canción de Arab Strap.
No, no. No fue así en absoluto. Lo pasamos estupendamente. Aquellos últimos conciertos en Japón fueron sensacionales. Es imposible que aquella gente entendiese las letras, pero el público fue muy entusiasta.
Conforme se acercaba el concierto de Glasgow, ¿te sentías más triste?
La decisión ya estaba tomada y todos estábamos de acuerdo. En esos últimos días no recuerdo momentos de tristeza. Estábamos convencidos de haber tomado la decisión correcta. No había motivos para amargarse.
¿Y después?
Fue muy extraño. Me puse muy triste y sensible después del concierto en Glasgow. Supongo que me daba miedo anunciar el final. Arab Strap había sido algo muy importante en mi vida. Dejar cualquier trabajo en el que has estado diez años es bastante aterrador. Pero me alegro de haberlo hecho.
¿Cuál fue la última canción del concierto de Glasgow?
Juraría que fue una versión acústica de The Shy Retirer. Y también fue la última del último concierto de Japón. Aquel concierto de Japón se grabó en vídeo. Y el de Glasgow lo grabamos en audio. Un día nos tendremos que sentar Malcolm y yo para ver si podemos editar un disco en vivo de Arab Strap.
Por cierto, ¿llevasteis falda en el concierto de Glasgow?
Decidimos no hacerlo. Digamos que cambié de idea. No sé si has llevado alguna vez falda, pero no es nada cómoda cuando empiezas a sudar.